Los padres

Y el día del padre es el otro día secular que me parece importante celebrar. Lamentablemente el día del padre suele pasar casi desapercibido. Oficialmente es el tercer domingo de junio, pero el comercio a veces lo mueve por no ser quincena y cosas así. Pero si lo que nos importa es celebrar especialmente a los papás, no deberían ser los comercios los que dicten cuándo lo hacemos. Hay quienes dicen que esos días solo existen gracias a los comercios, pero si lo pensamos así, ¿por qué tendríamos que hacer lo que nos dicen? Los padres son una figura muy profundamente gravada en nuestros corazones, así que ¿por qué le daríamos permiso a los comercios de cambiar esta fecha especial según les convenga a ellos? ¿Acaso se trata de los regalos? Y, si es importante conseguir un regalo en un momento en el que se tenga el dinero disponible, creo que nos podemos organizar de tal forma que el regalo esté preparado antes de que llegue el día del padre.

Pero más allá de darle regalos a nuestros padres y madres en sus respectivos días, me parece importante que recordemos quiénes son, su rol en nuestras vidas, y en general el rol de los padres en el mundo.

Los padres y las madres son muy diferentes. Tienen papeles muy diferentes y es inútil tratar de decidir cuál de los dos es más importante. Porque simplemente es importante tener a ambos. Tristemente existen muchas familias incompletas, por una u otra razón, y este es el trauma que como humanidad debemos cargar por cuenta de que estamos predispuestos al pecado. Pero como cristianos debemos tener como ideal lo que el perfecto, lo que es de Dios, la familia como debería ser, y no basarnos en el trauma para olvidarnos del ideal.

La familia es la base de la sociedad. Es algo que escuché desde pequeña, pero nunca me pareció relevante o interesante. Ahora entiendo por qué lo dicen. Para los niños, la familia es la primera relación que tienen, y todo lo que pasa en los primeros años de vida de una persona determina sus conceptos del mundo por el resto de su vida. Claro que estos podrán desarrollarse más adelante, pero es casi imposible cambiar las primeras impresiones del mundo y de la vida de una persona.

De la misma forma, la forma de relacionarse en sociedad es solo una ampliación de las primeras relaciones de una persona. Y estas primeras relaciones se dan generalmente en la casa, con la familia. Es por eso que la relación de los niños con sus padres más adelante se reflejan en las relaciones con sus amigos, conocidos, compañeros y especialmente con sus parejas. Por tanto, es increíblemente importante la forma como los padres tratan a sus hijos. La familia es así un microcosmos de la sociedad.

Los padres, en particular, tienen un papel muy importante en la familia. El padre está orientado a ser el que provee y cuida a su familia, alguien fuerte en quien se puede confiar sin temor. Hay una razón por la que Jesús nos habla de Dios como un padre, y es que Dios tiene características de padre. O, más bien, los padres tienen características de Dios Padre. No es de extrañar, ya que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, y en particular dio a los hombres atributos masculinos que existen en Él.

Los hombres tienen la responsabilidad de ser buenos padres, y pasar estos comportamientos masculinos a sus hijos varones, para que ellos a su vez sean figuras de confianza, apoyo, protección para sus respectivas familias y en la sociedad en el futuro. Hombres fuertes deben procurar hacer hombres fuertes. Pero no solo hombres fuertes, sino buenos padres, comprensivos, cariñosos, buenos con sus hijos, en su propio estilo. Además, hombres que puedan ser parte de la sociedad, contribuyendo a ella con sus talentos y su trabajo.

Por otro lado, los hombres tienen la responsabilidad de criar con ternura y fortaleza a sus hijas. Las mujeres, siendo vulnerables a los hombres, derivarán de sus padres sus percepciones sobres los hombres. Un buen padre le transmitirá a su hija la confianza que luego la hará capaz de confiar en su esposo en el futuro. Pero también el padre le mostrará claramente a su hija la forma correcta de ser de un hombre, de forma que la hija podrá identificar comportamientos errantes en otros hombres y alejarse de ellos, de ser necesario.

Muchas mujeres hoy en día no tienen esta habilidad y confían en los hombres, y tristemente esto se debe a que no han tenido un ejemplo constante de buen hombre en su vida. Porque hay tantas familias sin un padre, o con padres separados, y muchos hijos tienen que sufrir viendo a sus padres tener otras prioridades, mientras se les dice que no tienen derecho a esperar más de ellos, porque, después de todo, el hombre solo está viviendo su vida, y no es personal. Ignorar las heridas emocionales que sufren los hijos es una forma más de herir a los hijos, y tapar las heridas haciendo como si no fueran importantes o no debieran estar ahí. Independientemente de la edad, los hijos sufren, consciente o inconscientemente, cuando sus padres se separan, cuando viven vidas separados de ellos, cuando se espera de ellos que continúen viviendo como si todo estuviera normal.

No es normal. Nunca lo fue, y el que los divorcios sean fáciles hoy en día no quiere decir que sean buenos. Desafortunadamente hay situaciones que hacen que sean necesarios, pero todos sufren: los padres, las madres, los hijos, los parientes y amigos… no es como debería ser.

Tanto los padres como las madres tienen el deber de ser buenos padres y esposos.

Y lo que comienza como un problema de una familia resulta en varios problemas, porque las personas con heridas tienden a proyectar esas heridas más adelante en sus relaciones futuras, y terminan ocasionando heridas en otros.

Pero va más allá de esto. Porque no se trata únicamente de lo que los hijos luego pensarán de otros hombres en la sociedad, sino del mismo Dios.

Dios, al hacerse hombre, santificó a la humanidad. Y Jesús, al llamar a Dios Padre, e invitarnos a hacer lo mismo, nos dio la clave de los padres, que aun se puede encontrar en el Antiguo Testamento. Los padres son reflejo de Dios.

Muchas personas hoy en día ponen en duda a Dios. No solamente dudan de su existencia, sino de su bondad. Hay tantas personas que no pueden aceptar que Dios sea infinitamente bueno, y argumentan que si Dios existiera y fuera bueno, el mundo sería diferente.

Los cristianos vemos el mundo con los ojos de Cristo, que no son los mismos ojos del mundo. Pero aun para hacer esto, necesitamos una mente que tenga al menos ciertas cosas claras. Si no podemos siquiera contemplar que un hombre pueda ser bueno, va a ser imposible entender lo bueno que es Dios.

Y Dios mismo nos puede dar esa claridad de forma sobrenatural en ocasiones especiales. Pero en la Tierra solemos depender de las leyes biológicas y físicas. De no ser así, viviríamos en caos ― no podríamos saber nada sobre nada. Por eso lo común es desarrollar nuestra confianza en Él de la forma natural, que es en gran medida por medio de nuestros padres.

Los padres son extremadamente importantes porque nuestra relación con ellos nos da el preámbulo para nuestra relación con Dios, que es Padre. Como se ve, no es una responsabilidad pequeña la que tienen los padres.

Y no es de extrañar que el mundo moderno esté tan en contra de los padres, o de las familias de la forma como se han entendido por cientos de años. Para los cristianos, estamos en la era del Espíritu Santo, de la Iglesia, de Cristo; pero el mundo se está volviendo cada vez más secular, no solo alejándose de Cristo y su Iglesia, sino yendo en contra de Él.

Hoy en día ya no se muestran princesas hermosas, de cabello largo y bello, cara angelical, canto melodioso como el de los ruiseñores. Hoy en día se promueve la imagen de la mujer independiente, que no quiere complacer a nadie más que a sí misma. La princesa tenía un padre, el rey, y esperaba casarse con su príncipe azul. La mujer independiente de hoy no confía en los hombres.

En algún momento, la dulzura y delicadez de la princesa fue tomada por debilidad. La complementariedad de hombres y mujeres se dejó de lado, porque supuestamente resaltaba la debilidad de la mujer. Y los hombres terminan siendo redundantes. Ahora hay muchos hombres y mujeres que sufren por esta falta del otro, y por no poder confiar los unos en los otros. No sé por qué alguien llamaría a esto progreso. Si por progreso se entiende simplemente estar más adelante en el tiempo, supongo que se podría decir que lo es; pero el progreso real debe llevar consigo una mejoría. Si no medimos la mejoría como estar más cerca de Dios, ¿qué es lo que estamos haciendo realmente?

La razón por la que la imagen de la princesa es importante, es porque todas las mujeres deberíamos podernos identificar con la princesa. En esencia, la princesa se define como una hija de un rey. Si Dios es nuestro Rey, y nos ha identificado como sus hijos, entonces no hay verdad más real que el que somos sus príncipes y princesas. Y hay mucho que se espera del comportamiento de los príncipes y princesas, pero no pueden dejar de ser príncipes y princesas, tanto como no pueden dejar de ser hijos del Rey.

Al ser imagen de Dios en la Tierra, los padres deben asumir su papel de Rey en su familia. Un Rey bueno, por supuesto, como Dios Padre: tierno y fuerte; justo y misericordioso. Ese es el gigante y hermoso papel que tienen los padres.

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